Los préstamos rápidos son productos que están al alcance de cualquiera. Su tramitación y contratación no puede ser más sencilla, y el nombre de «rápido» es por algo. Sin embargo, puede que, porque nos encontremos con un dinero inesperado, y que podamos liquidar un préstamo rápido antes de tiempo. Si no sabes cómo hacerlo, en este artículo te contamos qué has de hacer para conseguirlo.
Liquidar préstamo rápido: así de sencillo
No tienes ningún impedimento para solicitar la liquidación anticipada de un préstamo rápido. Si te encuentras en la tesitura de poder hacerlo solo habrás de llamar a la entidad prestamista. Ellos te indicarán cómo se debe proceder para ello, pudiendo abonarse de diversas maneras:
- Mediante el cobro del capital restante en la siguiente cuota.
- Haciendo una transferencia bancaria a la cuenta que ellos te indiquen.
- Realizando el pago mediante una tarjeta bancaria.
De esta forma, liquidas el capital que te queda pendiente y tus obligaciones adquiridas con la entidad desaparecen. Gracias a la liquidación anticipada de un préstamo rápido, recuperas la posibilidad de volver a solicitar financiación en caso de necesidad. Y como en el caso de los préstamos rápidos, esta tarea es muy simple y sencilla, mucho mejor para ti.
¿Existe alguna comisión por liquidar un préstamo rápido?
Las entidades suelen cobrar una cantidad del 0,5% en el caso de que quede más de un año de financiación, y del 1% si este tiempo es menor. Así que si tenemos una deuda de 400 euros pendientes con el prestamista y el tiempo de finalización es de 3 meses, solo hemos de abonar 4 euros de comisión por liquidación anticipada.
¿Qué consigo al cancelar anticipadamente un préstamo rápido?
Para comenzar, te libras de una atadura. Cuando suscribimos el contrato de formalización de un préstamo rápido, hemos adquirido una obligación ineludible. No cumplir con las cuotas estipuladas puede acabar con nuestros datos en un fichero de morosos. Aparecer en este tipo de registros es siempre un inconveniente, ya que, en la mayoría de los casos, nos impide el acceso a financiación. Incluso de aquellos bienes de consumo más corrientes, como la compra de un electrodoméstico.
Cuando cancelas anticipadamente un préstamo rápido ya dejas de destinar ese dinero que usabas para pagar las cuotas y puedes comenzar a usarlo para otros fines. Por ejemplo, ahorrar es siempre una buena idea. Si consigues hacerte a la idea de seguir pagando ese préstamo, aunque lo hayas finalizado, y guardas la cantidad en una simple hucha o en una cuenta bancaria de la cual no tengas tarjeta, al cabo del tiempo tendrás una agradable sorpresa.
Finalmente, liquidar un préstamo rápido te libera del pago de los intereses asociados de manera ineludible a un préstamo. Con ello, ahorras una buena cantidad de dinero cada mes. Y no hay nada más satisfactorio que poder tener el control total sobre nuestra economía. Así que, si te encuentras con un dinero que no esperabas, puedes destinarlo a la cancelación anticipada de tu préstamo rápido. ¿No crees que es una buena forma de sentirte libre?